México y las urnas
Una
parte de México se expresará en las urnas el próximo 7 de julio. Esta parte de
México probablemente refleje la percepción de los mexicanos y mexicanas sobre
la marcha de la economía en el presente año, la cual ha tenido un pobre
desempeño en los primeros meses del año.
El
gobierno del presidente Enrique Peña Nieto había montado en una ola de
optimismo que comienza a bajar. La población esperaba, según las encuestas,
cambios positivos, pero la posibilidad de estos cambios luce frágil,
especialmente en aspectos como el mercado laboral y los salarios, la inflación
y el aumento de las tasas de pobreza.
El
sector de la construcción, tradicionalmente una fuente importante de trabajo
para amplios segmentos de la población –generalmente la menos educada-, se ha
estancado durante el primer trimestre, generando apenas 1,700 nuevos puestos
(contraste con los 46,000 empleos que generó en igual período del 2012), el
salario real tuvo un descenso de 0.45% durante el mes de mayo.
El
costo de la canasta básica de bienes creció un 5.64% a mayo (anualizada), y de
los productos agrícolas alcanzó un incremento de 17.2%. Esto afecta, sobre
todo, a las familias más pobres.
En
este contexto, con un gobierno que apenas tiene siete meses, el descontento
tiene por espacio para expresarse las urnas. Además, Peña Nieto logró la firma
de un “Pacto por México” que ahora luce débil y que podría debilitarse aún más
en medio de la campaña. Y quizás más, no sólo se está marcando el resultado de
las elecciones estatales, sino que probablemente también se esté marcando la
ruta política de México en los próximos años. Esperemos.